Investigación

Dunas y playas de Yucatán

27 de Marzo de 2022

Por: Patricia Guadarrama, Laboratorio de Ecología y Manejo de Costas y Mares, Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación, Facultad de Ciencias, UNAM

 

Las playas de México representan un fuerte potencial de uso turístico que beneficia la economía regional y local, por lo que el desarrollo urbano asociado está en franca expansión, teniendo como consecuencias un fuerte deterioro ambiental que directa e indirectamente afecta a las playas del país. La costa es un sistema muy dinámico, donde la playa acumula arena y la pierde debido a que interactúa directamente con el océano y con la vegetación de las dunas costeras. Al modificarse su dinámica por la construcción de infraestructuras y/o por la eliminación de los ecosistemas aledaños como los arrecifes de coral, pastos marinos, manglares y dunas costeras se intensifica la pérdida de las playas, de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos. Por ello, es necesario considerar  estrategias de manejo adecuadas, para conservar lo que aún persiste, así como restaurar lo que ha sido deteriorado.

 

Como un primer paso, es necesario describir lo que existe, para posteriormente realizar acciones de manejo. Por ello, el grupo de trabajo ha realizado salidas de campo para conocer los ecosistemas naturales en los que está inmersa la costa yucateca, particularmente el Puerto de Sisal. De esta forma se han descrito en Sisal cuatro comunidades vegetales: duna costera, manglar, petén y selva baja inundable, y las asociaciones vegetales de tasistal y tifal (Guadarrama et al. 2018). Dentro de los humedales estudiados, ahora se conocen los efectos negativos que los incendios tienen sobre el tasistal, que es una asociación vegetal muy poco conocida (Fabian et al. 2018), la dinámica de la vegetación en la selva baja inundable (Solís-Rodríguez et al. 2020) y sus microorganismos asociados, así como los cambios que a lo largo del año tienen los manglares y los hongos con los que se asocian dados por factores abióticos (Ramírez-Viga et al. 2018, 2020). Actualmente se estudia el papel que tienen los hongos micorrizógenos en el crecimiento de las diferentes especies de manglar para plantear prácticas de restauración que aseguren el establecimiento efectivo de las plántulas.

 

En el caso de las dunas costeras, que es un ecosistema por demás importante y muy impactado por actividades antrópicas en Sisal, se ha descrito la composición y abundancia de su vegetación en sitios con actividades antropogénicas y sitios conservados (Guadarrama et al 2012, Acosta 2017), así como el impacto que tiene el deterioro de las dunas sobre el banco de semillas (Mejía 2017), su repercusión en interacciones mutualistas como las que establecen los hongos micorrizógenos y las especies estructurales de la zona de pioneras (Ramos-Zapata et al. 2011) y del matorral de dunas donde se encuentran las palmeras (Polanco et al. 2013). Asimismo se han identificado hongos micorrizógenos que posiblemente aporten nutrientes y agua a las plantas en las primeras fases de colonización al formarse una isla de barrera, como la que se localiza en La Carbonera (Carmona et al. 2013, Méndez 2018).

 

Los resultados, tanto de vegetación como de semillas indican el impacto negativo que tienen dichas actividades sobre los ambientes de dunas, y al analizar la percepción y valoración que hacen los pobladores de Sisal de los servicios ecosistémicos de las dunas costeras se ha encontrado que los pobladores están preocupados por los impactos negativos que tienen sobre sus viviendas los huracanes y tormentas tropicales cuando se ha eliminado la vegetación de dunas costeras, y has señalado su disposición a aportar recursos para su cuidado (García-Cepeda 2019). Por ello, se sugiere el realizar más estudios dentro del suelo, incluyendo el banco de semillas y los hongos micorrizógenos que nos permitan conocer el potencial de recuperación de los ecosistemas costeros después de disturbios, ya sea naturales o antropogénicos, así como también considerar algunas alternativas usando herramientas biológicas como son los hongos micorrizógenos arbusculares para promover su restauración (Guadarrama et al. 2012, Guadarrama y Ramos-Zapata 2020). Así como involucrar a la población en las acciones de conservación y restauración. Dentro de estas acciones están las que realiza nuestro laboratorio en conjunción con un grupo de alumnos de la licenciatura en Manejo Sustentable de Zonas Costeras, quienes desde 2019 llevan a cabo acciones de restauración de dunas costeras, de educación ambiental, divulgación y limpieza de playas con apoyo de Fundación Bepensa, a través de la convocatoria "Se impulsan ideas", quienes con el proyecto proyecto Reciclando Dunas han logrado no solo restaurar un área importante de duna costera en Sisal, han impulsado actividades de protección y cuidado del ecosistema dunar, han logrado la colaboración de estudiantes del centro y sur del país y, todos en conjunto contribuyen a la concientización de la población para la conservación del sistema duna-playa mediante infografías, carteles, vídeos y talleres para impulsar la cultura de reciclaje con botellas, evitar la entrada de vehículos a la playa y fomentar entre los niños el cuidado de sus ecosistemas.